Lo primero que necesitamos saber es a que nos referimos cuando hablamos de radiación solar. Esta comprende un espectro de radiaciones electromagnéticas que son emitidas por el sol. Dentro de este espectro del que hablamos, nos encontramos distintas radiaciones según la longitud de onda. Cada una puede afectar de maneras distintas a la piel.
Los tipos de radiación solar
La más conocida seguramente será la radiación Ultravioleta (UV), aunque las radiaciones infrarrojas (IR) y visible (VIS) comprenden el mayor porcentaje de radiación solar, siendo éstas objeto de importantes estudios en los últimos años.
La radiación ultravioleta (UV) que alcanza la superficie terrestre y que nos afecta directamente a nuestra piel se compone de UVB y UVA. Estos dos tipos de radiaciones inducen a la aparición de especies reactivas de oxígeno (ROS), que son señaladas por ser causantes del estrés oxidativo. Sus consecuencias en la piel son la disminución de las defensas cutáneas, la aparición de signos de fotoenvejecimiento y, como consecuencia final, el cáncer de piel.
Dentro de estas ultravioletas, diferenciemos las dos distintas que la componen: la radiación UVB penetra de manera superficial en la piel, pero son capaces de alcanzar directamente el ADN de las células, por lo que tienen más potencial carcinogenético. Las radiaciones UVA, en cambio, son capaces de penetrar más profundamente en la piel, contribuyendo de manera indirecta al desarrollo del cáncer e induciendo la aparición de las enzimas encargadas de destruir las fibras colágenas y elásticas, lo que se conoce como fotoenvejecimiento cutáneo.
Las radiaciones IR y VIS sí que son capaces de penetrar en las capas más profundas de la piel, favoreciendo el envejecimiento por la radiación solar y la aparición de manchas en la piel. También se consiguió demostrar que su acción sobre el ADN puede fomentar la aparición de cáncer cutáneo.
La radiación IR-cercana (IRA) comprende más de un tercio de la radiación solar total que alcanza nuestra piel. Tiene un papel importante en la degradación del colágeno en la piel, lo que contribuye a la aparición de flacidez cutánea y arrugas.
La radiación VIS, la parte visible al ojo humano, es la que contribuye al enrojecimiento de la piel, pero se ha detectado que su principal aportación es a la inducción o empeoramiento de las manchas que ya se encuentran en la piel.
Para evitar todos los efectos negativos de la radiación solar, no dudes en consultarnos a la hora de elegir un protector solar usar adecuado para ti, dependiendo de tu fototipo.